Un mar alcoholizado

Un mar alcoholizado
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Si Mario Morquencho en Ciudadelirio, su primer libro, cantaba desde la urbe limense y era el relato del provinciano que llegaba a la capital, en esta segunda entrega, Un mar alcoholizado, ha preferido retornar a la provincia. Piura será el símbolo de una ciudad que se debate entre borrachos, meretrices y pescadores. El ritmo y la oralidad de las calles están expresados en el uso de la jerga y los regionalismos. Morquencho con este retorno a la provincia se zambulle en el mar y en un cañazo, juega a las cartas en una banca y ve pasar a los burritos cuando hierve el sol sobre su cabeza. Todo ello, para decirnos que la alegría es posible a pesar de la debacle y que más nos vale sonreír antes que esperar cualquier desgracia y que, además, el poeta aun siendo un palanejebe puede y debe nadar en cientos de olas, mares de cervezas y realidades. (Paul Guillén)
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