Presentación
Es un hecho que la comprensión cabal de la
persona humana, en toda la vastedad de implicancias que supone dicho concepto,
es una de las más grandes y nobles empresas filosóficas que el espíritu humano
ha acometido en la larga historia de pensamiento occidental. Por otro lado, si
bien es cierto que esta tarea fue desarrollada, sobre todo, por el pensamiento
clásico cristiano –sobre el fundamento del magnífico edificio conceptual de la
filosofía griega, aunque, principalmente, con la fuerza que le imprimió la
novedad de la Revelación cristiana-, no es menos cierto que dicho interés ha
sido re-actualizado en el siglo XX por numerosos autores provenientes de las
más variadas corrientes de pensamiento. Es un error muy común en nuestros días
explicar este florecimiento de los estudios acerca de la persona solo apelando
al aspecto negativo, esto es, al desafío que planteó la modernidad –sobre todo
preocupada, es justo decirlo, por dar cuenta del funcionamiento de un “sistema”
racional universal, que deja poco lugar para el hombre en su realidad
personal-, sin tener en cuenta la positiva influencia que significó a comienzos
de ese siglo la reconsideración de muchas de las verdades perennes que estaban
ya presentes en la tradición realista y cristiana. En este contexto es
imposible no señalar a la fenomenología y su llamado por “volver a las cosas
mismas” como una forma de hacer filosofía que, con sus aciertos y limitaciones,
resultó ser una indudable fuente de inspiración para estos pensadores
estudiosos de la persona. Entre estos autores, sin dudas, tiene un lugar
preponderante la figura de Julián Marías.
Precisamente a causa de la enorme influencia y
actualidad del pensamiento de Marías nos parece que un estudio detallado,
sistemático y crítico de su filosofía no deja de ser un aporte fundamental en
nuestros días. La ardua tarea de indagar en las fuentes del pensamiento del
filósofo español, de esclarecer sus intuiciones y aportes más relevantes en
torno al concepto de persona en su relacionalidad, como así también de señalar
los límites de su propuesta a la luz de una filosofía de verdadero alcance
metafísico, esta ardua pero importante tarea, insistimos, es llevada a cabo
magistralmente por el Dr. Giacchetti Pastor en este libro. No es posible en
estas breves líneas señalar todas las virtudes de este estudio; baste con decir
que la claridad y orden en la exposición, la profundidad del análisis, así como
la original y equilibrada confrontación que realiza el Dr. Giacchetti del
pensamiento de Marías con otras propuestas filosóficas, hacen del presente trabajo
una fuente obligada para los estudiosos tanto del filósofo español como, en
general, del pensamiento cristiano de
nuestra época. Pero también resulta de un valor incalculable para todo aquel
que pretenda por primera vez sumergirse en el pensamiento de Marías, pues el
texto, sin dejar de lado las precisiones y análisis propios de un trabajo
científico de estas características, discurre con una espontaneidad y armonía
que lo hacen asequible al lector no totalmente versado en su filosofía, aunque
con cierta iniciación filosófica. Confiamos en que la lectura de esta obra ayude
al lector a penetrar con profundidad en el pensamiento de Julián Marías en una problemática
filosófica de relevancia capital. No dudamos que el mismo entusiasmo que el
Fondo Editorial de la Universidad Católica San Pablo ha tenido en la
publicación de la obra del Dr. Aldo Giacchetti –la cual agradecemos de manera
especial todos aquellos que formamos parte del mundo académico- tendrá el lector
de este estudio al ir avanzando en su lectura, sea que se trate de un
especialista versado en la materia como de un neófito que se acerca por primera
vez al pensamiento del filósofo español.
Hernán
Muszalski
Departamento
de Teología y Filosofía Universidad
Católica San Pablo